lunes, 13 de abril de 2015

Existen diferentes modelos o clases de zapatos y todos tiene su nombre propio que, en ocasiones desconocemos a pesar de ser muy utilizados por todas las mujeres, y otras veces tendemos a confundirlos e identificarlos por su tacón; sin embargo, cada uno tiene sus características, su “momento” para lucirlos y su propia historia; en esta entrada vamos a intentar descubrir alguno de los secretos y curiosidades de las clases de zapatos más conocidas con su nombre propio:

PEEP TOES:
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Magrit peep toes con plataforma, en piel marrón chocolate con puntera y tacón print
Se llaman así los zapatos que tienen una pequeña abertura en la parte delantera, de modo que dejan a la vista al menos dos o tres dedos del pie. Esto hace que el zapato sea más cómodo para el pie por mucha altura que tenga el tacón que lleve, en comparación con cualquier zapato cerrado con tacón alto tipo stilettos, debido a que se suaviza la presión delantera del pie. Se pusieron de moda ya en los años 40 y 50 y ahora siguen de plena actualidad, admitiendo su uso tanto en verano como en invierno. Permiten la plataforma lo que indudablemente aumenta aun más la comodidad. Aunque no olvidemos que un zapato plano (flat shoe) también puede ser un peep toes, el esplendor de este modelo se encuentra en el peep toes con tacón. Imprescindible…color en las uñas, ya que fácilmente serán objeto de las miradas…Para mí son el prototipo de la distinción y la elegancia con un toque coqueto y muy femenino, y por supuesto, tremendamente cómodos.
PUMP:
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Modelo de pump en piel “serpiente marino” de Via Uno, sin plataforma y tacón stiletto
Es el clásico zapato que “hay que tener, como un fondo de armario”; conocido desde tiempos de nuestras abuelas como “el zapato de salón”.
Son zapatos de tacón cerrados, escotados y de corte bajo en los laterales. En su forma más pura está exento de adornos, con tacón alto y colores neutros como el negro y el nude, resultando el zapato clásico por excelencia. Sin embargo el zapato pump puede tener diversas alturas, que van desde las bailarinas o manoletinas hasta el zapato con tacón de aguja o stilettos. Admiten plataforma y diversos tacones y alturas. Es sin duda, el zapato que mejor estiliza la pierna de una mujer y también el que más nos hará “sufrir”…
Su origen se remonta al siglo XVI, donde el zapato de salón era utilizado por los lacayos en su uniforme de trabajo, por tanto, era esencialmente masculino. Fue a partir del siglo XVIII cuando empieza a ser utilizado de forma unisex y paulatinamente es a lo largo del siglo XIX cuando la mujer lo incluye de forma definitiva en su vestuario, comenzando una evolución en su altura de tacón y distintas hormas que llevan a convertirlo en la actualidad en el zapato básico que representa la combinación de lo clásico y lo elegante. Su nombre “pump” (del francés “poumpe”) toma su significado de la similitud con el sonido del taconeo  al caminar.
SANDALIAS:  La historia demuestra que todas las civilizaciones antigüas han tenido su propia versión de las sandalias. Este zapato se caracteriza porque deja la casi totalidad del pie al descubierto. Más de 3000 años a.c  las primeras sandalias se basaban en una suela rígida atada con correas a la pierna. Han sido creadas con diversos materiales que van desde el cuero sin curtir, los papiros egipcios o el cáñamo.
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Sandalias de Jimmy Choo
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Sandalias de Kurt Leiger
A partir de entonces tenemos siglos de evolución donde las mujeres han sabido sacar partido a aquel rudimentario modelo mediante joyas y todo tipo de adornos, fabricándose con diversos materiales que las han ido enriqueciendo y transformando sin perder su esencia y encanto original. Siempre han sido usadas tanto por hombres como por mujeres y curiosamente a lo largo de la historia han sido representativas tanto de las clases sociales más pobres, incluso esclavos,  como de las clases sociales más ricas, siendo auténticos símbolos de riqueza por sus adornos.
Desde Ferragamo y su invención del soporte metálico para la bóveda del pié en los años 20, posibilitando la introducción del tacón, hasta la versión saludable de las sandalias planas del alemán Birkenstock o la sofisticación de Jimmy Choo, las sandalias muestran la sensualidad del pie femenino.
ZUECOS: Son zapatos hechos de una sola pieza, originariamente de madera, habiendo evolucionado hasta ser realizados con materiales como el plástico. Es un zapato vinculado por sus características protectoras del pie a diversos tipos de trabajos desde las áreas rurales hasta hospitales. Una variedad actual son los crocs, considerados zapatos todo terreno. Los zuecos admiten hoy cuñas y tacón y aunque originariamente deben ser cerrados por su utilidad para el trabajo, en su adapatación a la moda permiten múltiples variedades en su escapada del ámbito estrictamente de trabajo. Son de uso actual en el street style como representantes de confort.
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Zuecos con cuña de Sara Navarro
Los MULES son una variedad de los zuecos, ya que sólo tienen sujección en la parte delantera, abiertos totalmente por detrás al igual que los zuecos, pero se diferencias de ellos en que tienen tacón alto. Admiten plataforma y pueden llegar a ser un poco inestables si el tacón es muy alto.
BAILARINAS.- Son zapatos muy planos, escotados y de punta redondeada. Su nombre tiene su origen en los zapatos que las bailarinas utilizan para bailar. Se fabrican en multitud de colores y estampados, y pueden ser lisas, con un simple lazo de cordón (las conocemos como “manoletinas”) o llevar adornos de varios tipos. Algunas versiones pueden llevar un pequeño tacón, lo que en definitiva las hace más cómodas que las totalmente planas.

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